Atraso al desarrollo agrícola: no utilizar la biotecnología

Claudio Barriga

Consultor internacional

Miembro comité de propiedad intelectural y biotecnología de Anpros

Sin duda que la invitación al conocido científico, genetista y actor principal de la Revolución Verde en la India fue un gran acierto de las autoridades del Gobierno, en especial de la Presidenta y de aquellas autoridades vinculadas al Ministerio de Agricultura. Esta visita es una potente señal de la creciente importancia que a nivel mundial se le está dando a la agricultura y a los agronegocios, principales empleadores tanto en Chile como en la mayoría de los países en vías de desarrollo y muchos desarrollados. La realidad sobre la necesidad de superar el hambre y la pobreza en el mundo, probablemente el más significativo de los objetivos milenio definidos por Naciones Unidas, es un desafío global que exige el esfuerzo mancomunado de los sectores público y privado en todas las naciones.

Como parte de esa tarea se ha reconocido que la biotecnología es una herramienta fundamental que debe utilizarse en forma creciente en el mundo. El Dr. M.S. Swaminathan así lo ha entendido, y siendo reconocido por su énfasis en mejorar la productividad conservando el medio ambiente, él es un gran promotor del uso de la biotecnología – al igual que lo fue el difunto Dr. Norman Borlaug—ya que ambos ven en esta tecnología un camino que brinda esperanzas al problema de la alimentación en el mundo, y un camino para crear riqueza en el medio rural.

En este marco fue significativo que en la cita realizada en La Moneda el 27 de Octubre para escuchar al Dr. Swaminathan, la Presidenta de la República manifestara que había que estar abiertos al uso de las nuevas tecnologías para avanzar en los planes productivos y de desarrollo, expresando “nos parece intolerable que existiendo los medios tecnológicos para mejorar la producción de alimentos y acabar con el hambre, no se priorice este tipo de políticas y procesos”.

Llama la atención—por esto—que mientras diversos programas del Gobierno inyectan recursos a programas para la utilización de la biotecnología, como el FIA, los Proyectos Milenio, los Fondos para la Innovación de CORFO, CONICYT, no existe en el país el marco institucional legal que permita avanzar en su uso. En este momento en que se discute el Proyecto de Ley que crea el Ministerio de Medio Ambiente, vemos con preocupación como en su artículo 70 se busca dejar en este ministerio el control de los OGM, trabajo que el SAG ha hecho técnica y eficientemente por muchos años. De aprobarse esta iniciativa dañará seriamente a la investigación agrícola y la producción de semillas.

Lo que más sorprende es que la comunidad científica y los sectores productivos no hayan reaccionado para impulsar el uso de la biotecnología, herramienta fundamental para alcanzar el objetivo mayor del Estado que es convertir a Chile en una Potencia Agroalimentaria y Forestal, generando así muchos puestos de trabajo, un aumento en el PIB del país, y especialmente haciendo posible que la población vinculada a la actividad agrícola y de agronegocios mejore sus niveles de ingresos, y a través de esto, los niveles de vida para las familias rurales que esperan la oportunidad de un futuro mejor ganado con su propio esfuerzo y trabajo.